El solo, y mas aun

“Porque no sientes, no sientes, y si no sientes, no vives.Vives y mueres, sin saber si has vivido.No lo entiendes, por qué te lloran tus parientes y amigos”.

Un cajón frío, una marcha lúgubre, cosquillas en los pies… y no puedes moverte.Hay algo que intentas recordar, pero ya no puedes. Te sientes pesado, idiota, ciego.Una cucaracha recorre tímidamente tu cuerpo. Y odias las cucarachas. Si tan solo pudieras girar apenas unos centímetros y así aplastarla de un puñetazo…En fin, es solo una cucaracha, hay cosas peores.Te empiezas a sofocar, quieres aire, pero es en vano pensar en el. Te adormeces tarareando una estúpida canción que estuvo de moda en los años… ya ni sabes en qué año estuvo de moda esa canción. Solo sabes que eres un estúpido y te sientes así por querer recordarla.

Sientes que estás descendiendo. Alguien baja tu cuerpo liviano a quien sabe qué lugar.Hace más calor, y comienzas a tener algo de miedo, aunque tu cerebro casi olvida qué es eso. Siguen los llantos allá afuera, pero tú solo sonríes. Tu cara se deforma y esboza una horrible sonrisa idiotizada, demoníaca quizás; algo que ni tu entiendes.Luchas contra una nueva sensación que te apodera. Sientes ganas de reír a carcajadas, de gritar, pero eres aún conciente de que no tienes ningún motivo para hacerlo.Te sientes más y más idiotizado, y ahora tienes frío. Mucho frío.Alguien apagó la calefacción, alguien roció tu cuerpo con cenizas de hielo, tornando tu cuerpo en un pedazo de frialdad incomprensible.

Aún en estas condiciones, crees que permaneces vivo. Te empiezas a reir ahora de los muertos, y tu infradotado cerebro lanza imágenes sin sentido, y entre ellas logras divisar a algunos que has llorado en otros tiempos.De la mano de Mickey va tu abuelo, pero sabes que Mickey no existe… tampoco existe ya tu abuelo, pero ves a un amigo cerca de ti, que te mira serio. Es Sebastián.Pero no, sabes que Sebastián murió cuando tú eras un adolescente, y el sigue igual. No. No puede ser. Lo sabes bien.

Ves más personajes cómicos alrededor de tu cuerpo. Te ríes, no te esfuerzas por comprender nada. Tan solo ríes en tu embriaguez eterna.Intentas volver un poco en si. Ya no sientes voces afuera. Sientes calor nuevamente, demasiado calor. Te sientes oprimido, aplastado ahora. La cucaracha volvió, y trajo compañeras. Inspeccionan tu cuerpo, burlándose de tu inmovilidad. Insultas, blasfemas, maldices a las cucarachas, pero pronto olvidas el por qué de tus maldiciones.Hace cada vez más frío. Si tan solo pudieras llegar a tu bolsillo y tomar los fósforos…Pero no.

No traes tus pantalones. Los fósforos estaban en tu pantalón rosa, ese que usabas de vez en cuando para revelarte contra la sociedad y sus esquemas.No. No llevas puesto tu pantalón rosa. Te sientes casi desnudo, quizás llevas puesto un ligero pijama. Igual no puedes divisar qué llevas puesto, está muy oscuro. Es eso. Está oscuro y no estás ciego. Suspiras aliviado. Sabes que es fea la ceguera. Sonríes, pero otra vez te sientes idiota. Te preguntas por qué sonríes, y tú mismo te respondes con incoherencias. Ahora estás burlándote de tus incoherencias. Te burlas de ti, de tu gente, de tu entorno…

Pero ya no recuerdas tu entorno, solo ves oscuridad alrededor, tan solo es el principio de lo que ya no puedes percibir…Sabes que volviste a suspirar, pero no sabes el motivo.Y ya no eres conciente de lo que pasó de ahí en más.

¿Estarás muerto?